domingo, 25 de enero de 2009

Resguardo


...hasta que no estés segura de cerrar bien la herida...
no le des el corazón a nadie...
porque si te lastiman otra vez... aunque sea sin maldad,
...la herida se abre de nuevo y aparece todo el dolor que tenías adentro.
Y si esa herida estaba realmente cerrada...
igual viene un dolor, que tiene olor a conocido.
También sabés que te vas a poner bien,
pero ya no te gusta conocer todo tanto...

Nadie quiere lastimar a nadie.
(supuestamente)
...pero "nadie" igual termina lastimada...

3 comentarios:

  1. Tu entrada me ha recordado un viejo texto mío casi olvidado y que ya ves, vuelve a sangrar con el simple recuerdo. Aún así, las cicatrices no pueden impedir que volvamos a enamorarnos, como tampoco el amor puede impedir que volvamos a sangrar. Nunca te inmunizas del todo, pero el cuerpo va creando sus propias defensas. Aquí te copio la falsa ilusión de mi ausencia de dolor.

    Ausencia de dolor

    A penas un cicatriz indeleble me recuerda tu herida. Una leve línea rosada indica el lugar exacto. La toco con mis dedos como si fuera a sangrar y siento en ese preciso fragmento de piel, una ausencia de dolor, insensible al tacto y al contacto, como si se tratara de un trozo de carne inerte.

    Un beso grande.

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  2. Descarga: Quería decirte que tengo por costumbre responder a todos los comentarios que dejan en mi blog. Sólo quería que lo supieras porque allí te agradezco tus palabras.
    Otro beso.

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  3. Pues que ese nadie se sienta orgullosa de sí misma por ser capaz de amar, porque tal vez, y solo tal vez, quien lastima es porque no sabe hacerlo. Amar siempre debe engrandecernos.

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